Alicia Sornosa en su paso por Ushuaia, (por fin!!)
Alicia Sornosa en la Recta Final
Alicia y su BMW, Descubierta, cubren los últimos kilómetros para llegar a la costa este americana y cumplir con la parte más importante de este año y medio de viaje, dar una Vuelta al Mundo en Moto. Y aunque en el Atlántico no termina esta aventura, ya que bajará hasta conquistar América del Sur, tocar con sus ruedas este océano es cumplir con una gran parte de su promesa.
Alicia Sornosa ahora trata iguanas como a perritos.
Alicia Sornosa camino del Valle de la Muerte
Pues Alicia sigue con su vuelta al Mundo y ahora rueda por el Valle de la Muerte en su BMW F650GS...
Este es el video que nos ha enviado, pero si quieres ver más de su viaje, entra en aliciasornosa.com
Alicia y Descubierta cruzan el Estrecho de Bass y llegan a Tasmania
Hace una semana que la periodista y viajera y su montura, una BMW F 650 GS, llegaron a la Isla de Tasmania, situada a 240 km al sur de Australia. Lo han hecho en un ferry llamado Spirit of Tasmania, el mismo que cogerán para volver a Melbourne y exprimir los últimos días en esta isla continente.
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Cuatro ruedas transportan el cuerpo, dos mueven el alma: TASMANIA
Cuatro ruedas transportan el cuerpo, dos mueven el alma: TASMANIA
El paso por Tasmania ha durado una semana. Y recordando todo lo que me va pasando, ha sido bastante soso. Pero me ha dado mucho tiempo para pensar. Normalmente me levanto y medito unos minutos. Muchos creeréis que es una tontería, pero al cabo de los años, preparan tu mente para poder afrontar mejor el día y en moto nunca sabes lo que te puede ocurrir, así que mejor, mente en blanco, por lo que pueda llegar, bueno o malo.

Tasmania y sus montes, sus casas, sus caminos
Tasmania es una isla que está a 250 km al sur de Melbourne, en Australia. Es lo más parecido a lo que te puedas encontrar en Nueva Zelanda, país que por su lejanía y lo que cuesta en tiempo, pero sobretodo en dinero, llegar, no podré ir. La ruta que voy a hacer me va a permitir ver casi en su totalidad todo lo que guarda esta isla, su historia y su riqueza natural. Además, tengo suerte, hace una semana estaba con temporal y a mi me va dar el solecito todos los días. Está situada a 240 km al sur de Australia, fue descubierta en 1773 por James Cook. Ocupa una superficie de 68.332 m2, está rodeada de pequeñas islas que son un paraíso de submarinistas y pescadores: Bruny, Hunter,Furneaux, King, Maquaire…La noche en el barco es de traca, movimiento infernal con sus ruidos y ñiquis-ñiquis, no puedo pegar ojo, nos despiertan a las 6 am, menos mal que mi “compañera” de camarote sale pitando, es una mujer luterana (lo se por la etiqueta de su pequeña maleta) que ha dormido con la ropa puesta. Me ducho, me visto y bajo a la bodega a por mi moto. Cuando salimos del Spirit of Tasmania (nombre del Ferry), es aún de noche. Paro en la primera cafetería y como algo. Después comienzo la ruta, pero en menos de 50 km tengo que parar, estoy tiritando. El termómetro de la pantalla digital marca 3ºC. Espero hasta las 10 am para continuar.
Me dirijo hacia la costa este donde el mar es azúl y hay una costa benigna que permite el baño en sus bahías. Glass of Wine, es el nombre de una de ellas, tiene forma de copa, de ahí el nombre. Espectacular, una palabra que no me cansaré de repetir durante esta semana en Tasmania. Los caminos se suceden uno tras otro, duermo en un camping muy bien montado, todo en Tasmania está bien montado, es caro pero de calidad, a los lugares de BackPackers no quiero ni acercarme, he pasado por alguno y son todo lo contrario.
Busco un termino medio en cada pueblo y lo voy consiguiendo. Hoy dormiré en Bicheno on the Bay, en un camping con un bonito lago a un lado y la bella costa al otro. Unas piedras gigantescas de color naranja dan la bienvenida a un precioso mar azul marino. Estas piedras son típicas de aquí, ese color lo da un liquen que habita justo en esta latitud y con esta temperatura y humedad.
A la mañana siguiente amanece de nuevo con sol, estoy teniendo mucha suerte ya que hace una semana estaban las carreteras cortadas y había aviso de temporal. Me dirijo hacia Hobart, la capital de Tasmania que destaca por su industria empacadora de alimentos, carne y textiles. Fundada en 1804 por Robert Hobart, secretario colonial en esa época. Cuenta con el teatro más antiguo de Australia, fundado en 1890. En la capital se descubrieron los primeros dibujos de aborígenes plasmados en la roca.
Antes de llegar cojo una serpenteante carretera que me lleva cerca de la costa y me hace cruzar varios puentes, pequeños pueblos y lagos. Paro en un lugar tranquilo a hacer unas fotos. Está pegado a un lago y cerca de unas casas. De una de ellas sale un señor mayor, orondo, con su piel curtida y unas enormes manos. Me pregunta por la moto, la cámara, por mi. Me invita a una gran taza de café con leche que me tomo con gusto mientras intento entender algo de lo que me dice.
A los 30 minutos me despido, se pone a trabajar en su garaje y yo me voy. Llego a Porth Athur, aquí están las ruinas de la cárcel fundada en 1830 y clausurada en el 70. Se le ha llamado “El Infierno en la Tierra” debido al horror que escondieron sus muros, estuvieron presas 12.500 personas, de las que una de cada siete, murieron. Cuando llego a la puerta me encuentro con unas vayas, una tienda de recuerdos carísima, un restaurante y el pago de una entrada de 30 dólares AUS, decido comer algo y largarme con viento fresco.
Tasmania presume de una fauna autóctona y única como el extinto tigre de Tasmania o el conocido Demonio de Tasmania, un pequeño mamífero carnívoro con mandíbulas más potentes que las de un Pit Bull, pese a su reducido tamaño. Se le llamó así por el sonido que emite el alimentarse por la noche. (Lo puedes ver en este vídeo pinchando aquí)
Llego a la capital donde se encuentra la famosa plaza de Salamanca, levantada al lado del puerto y de arenisca georgiana construida allá por 1800 muy bonita pero me esperaba otra cosa, está llena de cervecerías en las que tomar algo. Al día siguiente salgo para el centro, quiero ver las espectaculares lagunas de Cradle Montain, que han sido nombradas Patrimonio de la Humanidad. El camino es sencillo, con carreteras más o menos grandes. Eso si, cada 300 metros hay un canguro, walaboo, ardilla o ratón (o algo que se le parece) atropellado. Me recuerda a la carretera de los perros de Sudán.
El siguiente paso es llegar a un antiguo pueblo minero donde el oro hizo rico a más de uno y donde muchos de los presos de Porth Arthur trabajaron en la oscuridad, Queenstown. Ya en 1960 la mina se cerró, dejando en el olvido este pintoresco pueblo que pronto se reconstruyó y convirtió en una atracción turística, con su bonito tren que te lleva hasta la cima. Como dato curiosos, aquí hay una estatua en honor a los australianos que lucharon en la guerra de Vietnam. Vuelvo a subir el empinado puerto por la carretera de las mil curvas para dirigirme al centro.
Cradle Montain es una zona pre glacial en la que habitaron hace miles de años los nativos de esta isla, se han descubierto sus armas de silex, utensilios y pinturas en las cuevas de la intrincada red de acuíferos bajo el suelo. En la cima, árboles milenarios, pinos, encinas y otros ejemplares forman un bosque húmedo con un especial micro-clima. LLego hasta los lagos, intento que me rebajen los 250 dólares que cuesta el helicóptero y como no me hacen ni caso, decido no insistir y me voy.
Ya casi he visto todo lo que quería, Tasmania es una bonita isla con montaña, playa, mar, ríos, lo tiene todo. Ha hecho buen tiempo, he tenido suerte. Tan solo me queda volver al barco.
Allí me encuentro con muchos viajeros, una pareja que llevan dos años a bordo de su Guzzi-casa, una australiana que viaja en una Triumph, Harleys, un grupo de GSeros…Todos charlamos y nos saludamos, es lo bonito de viajar en moto, te encuentras con muchos hermanos. Y mi siguiente paso, saltar a EEUU, lo estoy deseando.
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La llegada a Valdez: apoteósico final de la Ruta de los Exploradores Olvidados.
Alicia Sornosa llega a la ciudad de Valdez acompañando a el escritor Miquel Silvestre junto con otros tres viajeros, que han querido homenajear el pasado explorador español. Fernando Quemada, quien será el primer español en recorrer íntegros los cinco continentes en un solo viaje, y Domingo Ortego, barcelonés que ha unido Miami y Vancouver en 8 días para unirse al final de la REO y recorrer junto a tan experimentados motoristas la colosal geografía del cuadragésimo noveno estado de la Unión, conocido como "La última frontera".
Tras un año de viaje el escritor pone punto final a su Ruta de los Exploradores Olvidados Alaska. Durante doce meses, ha alcanzado sobre su BMW Cabo Norte para recordar a Al Ghazal, embajador de Abderraman II a los vikingos en el siglo IX; Budapest, por el recuerdo de Ángel Sanz Briz, diplomático español que salvó 5.200 judíos del Holocausto. Junto con la periodista Alicia Sornosa recorrió Etiopía, para encontrar la tumba de Pedro Páez, jesuita que descubrió las Fuentes del Nilo Azul; India, para visitar en Goa el sepulcro de San Francisco Javier, misionero en Asia. Después en solitario de nuevo viajó a Nepal para rendir homenaje a Iñaki Ochoa de Olza, alpinista fallecido intentando el Annpaurna. También se ha convertido en el primer español en llegar en moto a Filipinas para recordar a Magallanes, muerto allí en 1521.Desde Manila saltó a Canadá y recorrió las islas de Vancouver y Galiano, nombrada así en honor a Dionisio Alcalá-Galiano, primer europeo que recorrió el Estrecho de Georgia.
No han faltado las dificultades, los animales salvajes, los problemas técnicos y un clima terrible. Todos han necesitado ayuda de todos. Por eso el final de la Ruta de los Exploradores Olvidados es un logro colectivo que representa un ejemplo de compañerismo. Como afirman desde Anchorage Alicia Sornosa y Miquel Silvestre:
“Terminar la REO con Miquel ha sido un orgullo, hemos hecho historia, pero sobretodo ha sido un placer, cuatro amigos disfrutando de una ruta muy especial, de los inmensos paisajes y echándonos una mano antes las dificultades del camino, ha sido muy divertido y reconfortante”
“Trabajando codo con codo es como se alcanzaron los grandes hitos de la exploración. Sin un equipo compenetrado, jamás Elcano habría completado la vuelta al mundo, Miguel López de Legazpi fundado Manila, ni Núñez de Balboa descubierto el Pacífico. Entre todos hemos conseguido hacer cumbre en Valdez para rendir homenaje a estos héroes y al hacerlo trabajando en común nos hemos convertido en exploradores, pero también en algo mucho más importante: en amigos”
Así la periodista y viajera cumple con una parte del viaje, finalizar junto al escritor, con quien comenzara esta Vuelta al Mundo, la Ruta de los Exploradores Españoles. Ahora tomará rumbo a la costa este para continuar su periplo hacia América del Sur.
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La región donde no hay estrellas.
Los encuentros interesantes en esta región del norte del continente americano se están empezando a realizar. Hace unos días la periodista se entrevistaba con el famoso “bicilown”, Álvaro Neil, un español de Oviedo que en 2001 renunció a su trabajo en la notaria y decidió cambiar kilómetros por sonrisas. Desde entonces no se ha bajado de su bici dando su particular vuelta por el Mundo.
Continental vuelve a calzar a Descubierta
Video de Alicia Sornosa desde Tasmania
Pues si ya habéis leido lo que Alicia nos escribia desde su salida hacia Tasmania, éste es el video que grababa desde allí.
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